viernes, 16 de octubre de 2009

LLEGA A SU FIN LA TEMPORADA MÁS ESCANDALOSA DE LA F1

El 59º campeonato de la máxima categoría llega a su fin dentro de dos semanas restan Brasil y Abu Dhabi y llega casi a los tumbos en lo que fue la más convulsionada de sus vidas envuelta en peleas con las grandes marcas, cambios de reglamento en medio del campeonato, la posible vuelta del máximo ganador de la especialidad y la trama de trampas más espuria de la historia.
Difusores si o difusores no, esa era la cuestión en las primeras fechas. Los difusores son adminículos en forma de V puestos en la parte trasera del auto que permite una mejor entrada de aire y un mejor deslizamiento del auto en la pista. Hasta esta temporada nadie los tenía en forma de V solo Brawn GP lo que le permitió tomar distancia en las primeras 7 carreras. Luego de varias apelaciones y contraapelaciones los difusores fueron aprobados.
A mediados de campeonato y acuciados por la crisis económica mundial la F.I.A. (Federación Internacional de Automovilismo) propulsó un tope en los presupuestos para 2010 para que las escuderías gasten en desarrollo, entrenamientos y sueldos no mas de 45 millones de euros. Nuevamente las grandes marcas encabezadas por Ferrari y McLaren pusieron el grito en el cielo.
Venían haciendo una temporada muy mala y ya tenían puesto las billeteras con vistas a 2010. Max Mosley, Presidente de FIA, se puso duro y no quería dar el brazo a torcer por eso la FOTA (agrupación que reúne a las escuderías) organizó un mundial paralelo para el año próximo abriéndose de la FIA.
Luego de muchos meses de conversaciones y denuncias cruzadas Bernie Ecclestone, dueño de los derechos de TV de la F1, logró unir las partes en el Pacto de la Concordia y se llego a un acuerdo en el que las escuderías se proponían bajar sus presupuestos escalonadamente, pero a cambio Max Mosley no debía presentarse a las elecciones para ser reelegido como presidente, cosa que lograron.
En la 10º fecha en Hungría Felipe Massa (Ferrari) fue alcanzado en su ceja izquierda por un resorte desprendido del Brawn de su compatriota y amigo Rubens Barrichello lo que lo alejó de las pistas hasta el año venidero. Luego de varias operaciones y colocación de una placa de metal logró recuperarse. Ferrari optó por un reemplazo lógico, puso a su tester Luca Badoer que terminó último en las dos carreras que corrió. De inmediato se pensó en Michael Schumacher, siete veces campeón, que se desempeña como consejero del equipo, para su vuelta. Luego de pruebas y estudios médicos se llegó a la conclusión de que no estaba apto en lo físico.
Llegando al final de la temporada aconteció lo que llámo el Singapurgate. Resulta que el año anterior en la nocturna carrera del país asiático, Nelsinho Piquet (Renault) chocó contra los muros de la pista y un año después denunció que el colapso fue premeditado por Flavio Briatore (Jefe de equipo) y Pat Sydmonds (Ingeniero a cargo).
La FIA llegó a la conclusión de que los dichos del piloto brasileño eran reales y castigó a Briatore de por vida para que participe en la F1, no pudiendo ser jefe de equipo, patrocinador, representante de pilotos ni nada que tenga la mínima conexión con la máxima categoría.
Sydmonds recibió una sanción de cinco años y la escudería estará en la mira durante dos años, si en ese transcurso comete el mínimo error será eliminado del torneo.
En medio de todo esto aparece el inglés Jenson Button (Brawn) quién es el puntero del campeonato con 14 puntos de ventaja sobre su coequiper Barrichello y 16 sobre Sebastián Vettel (Red Bull) el tercero en discordia. Button ganó 6 de 7 carreras (Australia, Malasia, Bahrein, España, Mónaco y Turquía) en la primera mitad de campeonato y dio la sorpresa. Nunca fue un piloto sindicado para salir campeón, era uno del montón que hasta aquí había ganado una carrera en Hungría 2008.
Lo concreto es que el año que viene habrá Fórmula Uno, Mosley ya no será presidente de la FIA tal como querían Ferrari y McLaren y el circo seguirá paseándose por todo el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario